
Ayer noche, mi novia y yo (bueno, mejor dicho yo) decidimos ir a cenar a algún sitio alternativo a los restaurantes donde solemos ir -véase
McDonnalds,
Burguer King o
Pans & Company; no sé si a estos se le pueden llamar restaurantes- El caso es que terminamos cenando en el
Mahaba -no recuerdo bien si se llama así pero bueno...- un restaurante libanés.
De libanés tenía más bien poco. No conozco absolutamente nada del Líbano, pero ayer no vi precisamente una decoración, trabajadores, vestimentas... propias del Líbano. Por exagerarlo un poco, hasta los empleados eran más españoles que yo jeje. Eso sí, la comida que ofertaban en su menú, era distinta a la
típica -¿Quizás fuesen platos típicos del Líbano? Pues supongo, vaya usted a saber jeje-
No recuerdo como se denominaban los platos que seleccionamos mi novia y yo. Si puedo decir que el mío constaba de una carne de aspecto verdoso empanado en pan libanés -una especie de torta-, junto con una salsa
rara. Del mismo modo, el plato de mi novia constaba de trozos de ternera -algo secos, a su gusto. ¡Y al mío! jaja- más otra especie de carne troceada y pastosa, también acompañado con su pertinente
salsa mejunge y una redonda torta a modo de soporte.
Personalmente, no me desgustó del todo el experimento. Yo comí bastante agusto (a mí es que me encanta probar cosas
raras jeje). Comí tan agusto que hasta me tuve que tomar el plato de mi novia, pues a ella, jejeje, no le agradó demasiado la comida libanesa que digamos :)
Y bueno... no sé si fue nutritivo o no lo de ayer noche. Eso si, sólo se que sí que fue caro. Nos cobraron 17 euros en total -las cocacolas, ¡a euro y medio cada una!-
Conclusión: No creo que volvamos al
Mahaba, pero si recomiendo la experiencia.
Próxima estación: restaurante griego. (ñam! ñam!)